sábado, 1 de agosto de 2009

Camino de Santiago: De Nájera a Burgos

Nos despertamos a las 6.15, como siempre esos días y como de normal para ir al trabajo. Esto del levantarse por las mañanas tan temprano se estaba convirtiendo ya en rutina diaria. Dormir, yo dormí tan profundamente que ni me di cuenta de los ronquidos de los dos mozalbetes con los que compartía habitación. Lo que hace el cansancio!

Nos pusimos "los monos de trabajo", empacamos las cosas, sacamos las bicis de la cochera en las que las habíamos metido y nos pusimos a pedalear. La idea era salir de Nájera y desayunar en algún otro pueblo que no estuviera de fiestas. Gran pueblo Nájera, sus gentes super amables y el encantador "puente del Najerilla" me llegó al corazón.

Paramos a desayunar en un pueblo tan pequeño tan pequeño que no tenían ni bar, pero sí tenía una tienda de comestibles en lo alto de la calle más empinada que he visto en mi vida. Nos compramos unos cacaolats y unos croissants de panadería y nos los desayunamos en el portal de una pobre vecina del pueblo.

Hasta Santo Domingo de la Calzada (21km) fue un paseete por carretera. Me encanta ir por carretera cuando la autovía está al lado ...Vas sin preocupaciones y haciendo el tonto porque está vacía!
Llegamos al pueblo sobre las 9. Paramos a sellar y a hacer unas fotos. Ahí nos pasó algo muy curioso. Siempre era yo la que iba a sellar a los albergues, total que me bajé de la bici y entré. Allí estaba la italiana del primer día, que me saludó muy majica en mi mezcla de francés y español. El señor que se ocupaba de sellar era italiano también y hablaba con ella. Como me vio que era conocida suya, me selló los tres pasaportes, un poco de mala gana y preguntándome dónde estaban los otros dos. (Pues obviamente guardando mi bici y descansando, no?) El caso es que entró un señor que también iba en bici con 7 pasaportes y algunas personas más, con lo que se llenó un poco. Al del albergue le entró un momento bizarro y, justo después de sellar mis pasaportes nos suelta: "Todos fuera, me voy a desayunar. Abriré a las 12, conque el que quiera sello que se espere hasta esa hora". Nos echó a todos y se fue.
Cómo narices puedes hacer eso? Cuánto cuesta poner un sello o dejar el sello fuera para que la gente se lo ponga? Esto es incomprensible para mí. En fin, yo ya tenía mis sellos pero claro, el resto de ciclistas cómo se iban a quedar tres horas parados por un sello? Lo malo es que este pueblo es final de etapa y queda genial tener el sello...Cuanto mayor me hago más me sorprende la gente.
























Ya nos quedaba poco para pasar a Castilla y León! Parece tonto, pero empezamos en el Pirineo y los dos primeros días podíamos ver las montañas desde las que habíamos salido. Ahora ya eso estaba en la lejanía, el paisaje había cambiado completamente y la estepa y los campos de castilla ya iban apuntando por esta parte de La Rioja.

Decidimos probar el camino en vez de ir por carretera. La verdad es que lo más fácil es preguntar a los locales por donde es más fácil y nos dijeron que esa parte del camino hasta Redecilla del Camino estaba bien. La solana empezaba a apretar cuando nos metimos por esa parte del camino. Eso sí, unos paisajes preciosos. En la "frontera" de La Rioja y Burgos nos encontramos a una peregrina de Tortosa, sentada en una pequeña sombra. La pobre llevaba unos pies horribles, iba sola y llevaba un par de días descansando en Santo Domingo debido a las ampollas. Habrá conseguido llegar a Finisterre, que era su objetivo? Nos despedimos con el saludo del peregrino "Buen Camino" y ahí la dejamos descansando.

Mirad la foto tan chula que nos hizo justo en la frontera! Salen los pueblos por los que habíamos pasado y los que nos quedaban...Menudo consuelo! Lo divertido es que, de vez en cuando, te va poniendo por el camino los kilómetros que te quedan hasta Santiago. No sé si lo hacen para dar ánimos o por lo contrario.

Lo que sí que me chocó mucho es que la gente peregrina sola, la mayoría y que, en esta época del año, la cantidad de extranjeros superaba con creces a la de españoles haciendo el camino. Una mezcla de orgullo y patriotismo no se puede evitar, al ver cómo las costumbres de tu país marcan a personas de nacionalidades tan variopintas como chinos, japoneses o americanos.







Seguimos pedaleando y paramos a almorzar el bocata de tortilla de patata (no almorcé otra cosa ningún día) en Belorado. Qué bien sienta un Acuarius cuando hace mucho calor! Y descansamos un ratico porque ya hasta Burgos no había parada.


Hasta Burgos nos esperaba una cuesta infumable al 6% durante 7 kilómetros. Lo acabamos subiendo, pero la carretera estaba llena de coches y camiones, con lo que había que sumar precaución extrema al cansancio agotador. Lo gracioso fue que le preguntamos a un local si se podía hacer por camino y nos dijo que "NO" con el peso, que fuéramos por carretera. Este chico nos dijo que el final de la subida estaba en el km 30...Pero nos engaño, era en el 32! Qué desilusión cuando ves el km 30, haces un último esfuerzo, giras y ves la peazo de cuesta dos km más! Pero lo bueno de una subida así es que luego viene la bajada...Y menuda bajada a tumba abierta! Después de eso ya fue más o menos plano hasta Atapuerca, un último repecho y llegamos a Burgos. Qué contentos estábamos al llegar!






















Llegamos a Burgos sobre las tres de la tarde. Lo gracioso es que entramos a la ciudad por el Camino y nos perdimos para llegar a la catedral. En esto que nos paramos para preguntar a un señor por dónde era, mientras un abuelico con sonotone pasaba por al lado de Jose Manuel mientras preguntaba. El abuelo, aun cuando el otro caballero ya había contestado a Jose Manuel, le bordeó, se puso a su lado y le gritó en la oreja: SIIIIIGUE LA COOOONCHA! yo creo que todavía nos estamos riendo. Yo dí un respingo y todo del susto que me metió el pobre abuelo con sonotone. El problema es que nosotros no veíamos la concha...Menudos borregos, porque a lo que se refería el pobre anciano era a esto:


Suficientemente claro, no? Pues cuando estás cansado cuesta verlo!

En Burgos también me pasó una cosa súper bizarra sellando el pasaporte. Me metí a un albergue por el centro que olía a porro que mataba con música reagee en la que un señor que podía ser mi padre le hacía un retrato a una alemana más pequeña que yo mientras le decía que su hermano era eurodiputado pero que él era bohemio y pintor. La dueña del albergue no estaba, así que me sellé y me fui pitando de allí.

Llegamos al hostal, nos duchamos corriendo y tan cansados como estábamos nos fuimos en autobús al centro. La gente nos miraba y se medio reía de la pobre cara que llevábamos...Hasta adivinaron que éramos bicigrinos!
Encontramos un bar en el que ponían cañas a un euro y nos tomamos 12 cañas en media hora, con unos buenos pinchitos de morcilla de Burgos que casi me pongo a llorar del gusto!

Qué buena la morcilla de Burgos! Creo que es la mejor que he probado en mi vida! Y encima tuvimos la suerte que era en concurso de tapas en la ciudad, con lo que había casetas en las que te vendían las tapas a concurso. Alex y yo nos pedimos una tapa de morcilla de burgos con huevos rotos desnaturalizados , piñones y chocolate frío...Estaba de muerte!
Después, y ya como tradición, Alex y yo nos quedamos dormidos en un banco en medio de la calle de tiendas de Burgos (la foto está en el móvil de Jose Manuel) y, cuando se hizo la hora de cenar, nos fuimos a un restaurante de comida casera al lado del hostal, que estaba al lado de la universidad de Burgos. Cenamos genial, comida echa en casa impresionante.

Después de esto a la cama, que al día siguiente esperaban otros 100 kilómetros hasta Carrión de los Condes.

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