domingo, 2 de agosto de 2009

Camino de Santiago: de Burgos a Carrión de los Condes

Esta mañana el cuerpo ya estaba más rodado, vamos, que se notaba que ya se había hecho a la media de 90 kilómetros al día....Aunque hoy prometía ya que sólo eran 80 kilómetros y por planito!

Como siempre, nos pusimos los maillots (ya empezaba a ser un poco tostón el ponérselo todas las mañanas y el lavar ropa por las noches toda muerta de cansancio), nos cogimos las bicicletas y nos fuimos a desayunar al mismo restaurante en el que cenamos la noche anterior. Desayunamos genial, un café de puchero como hacía años que no me tomaba y un bollo con chocolate de los que quitan el hipo. Y no es por todo el hambre que pasamos, que de verdad estaba buenísimo aquello!




Nos dijeron que el camino estaría genial, así que pasamos de ir por la carretera e hicimos como un peregrino más, nos adentramos por la senda. Como bien relata Machado en su obra Campos de Castilla, he de decir que uno no se queda indiferente al paisaje castellano: dorado, llano, eterno.

Nos gustó mucho un monumento al camino en Tardajos, en el que te mostraba el Camino de Santiago desde Roncesvalles hasta Santiago. Parecía tan lejano Roncesvalles y tan próximo nuestro objetivo para este año!
















Lo más bonito de esta etapa hasta Carrión fue pasar por el Convento de san Antón en Castrojeriz. Un convento por el que pasa la carretera y en el había un señor cantando con una guitarra para "alegrar el corazón de los peregrinos".

A las afueras de Castrojeriz, sobre lo que fue anteriormente el palacio y la huerta del rey Pedro I de Castilla, se hallan las ruinas del antiguo monasterio de San Antón regido por los antonianos, que se dedicaban a cuidar de los enfermos que llegaban haciendo el Camino de Santiago, sobre todo de los que presentaban la enfermedad llamada del fuego de San Antón, fuego sagrado, fuego de enfermo.

En la actualidad sólo queda en pie el arco que formaba un túnel, por donde entraban y salían los peregrinos.

Eran famosas las ceremonias que hacían los monjes antonianos para bendecir diversos objetos, a las que acudían muchos fieles. Bendecían:

- La cruz llamada Tau o Thau. Fue usada por el fundador de la orden en memoria de la liberación de los primogénitos de los hebreos, los cuales tenían sus puertas marcadas con este símbolo. Esta Tau libraba de pestilencias a todo el que la llevaba.

- El pan de San Antonio, que se daba a todos los peregrinos y era elaborado contra enfermedades y peligros de mar y tierra. Antes de cocer se signaba con la Tau y se bendecía en la fiesta de San Antonio.

- El vino santo, remedio del fuego. Se daban casos de curación de los lacerados por su contacto y aspersión.

- Campanillas del Santo y otros objetos.

Nosotros también tenemos unos vídeos de nuestra llegada al convento, los primeros que hicimos en 4 días de camino! Aquí os los pongo!




Atención en este segundo vídeo, que Jose Manuel saluda a la italiana y a su marido!





Después nos paramos en el bar de Catrojeriz a tomar un súper bocadillo de tortilla de patata en una mesa de piedra en frente de la iglesia. El dueño del bar nos comentó que teníamos un camino precioso una vez pasado un cerro con una cuesta impresionante. Ahí Alex estuvo agudo, porque me cambio la bici "para que frenara mejor" JA! Pero cómo voy a frenar en una cuesta arriba? Lo que pasaba es que él no tenía plato pequeño, con lo que me condenaba a bajarme de la bici y chuparme toda la subida a pie...Cosa que ocurrió, pero tampoco me molestó mucho porque con todas las piedras sueltas que había como para llegar hasta arriba...Una sabe sus límites.
Pero Jose Manuel sí que llegó! Menudo fortachón de tío. Arriba del todo estaba lleno de peregrinos bebiendo agua, que la cuesta y el paisaje lo merecían. Atención al calor que pasaba Jose Manuel!
















Cuando fuimos a bajar, ocurrió algo que no había pasado en todos estos días. Nos adelantaron una pareja de bicigrinos! Hasta entonces éramos nosotros los que habíamos lijado a todo el mundo...Di que con mi bici era imposible bajar esa cuesta sin matarme (lo intenté y me caí) así que, en el fondo, el adelantamiento no cuenta. Además el señor mayor se cayó y se metió el talegazo de su vida.

Justo antes de llegar a Carrión pasamos por unas presas en las que nos encontramos a unos presos de Meco haciendo el camino! Si es que la llamada espiritual del camino llega a todas partes!


















A partir de aquí era plano hasta Carrión de los Condes. Llegamos como los señores, a la hora para ver los Simpson en la tele y a comer. Dejamos las cosas en el hostal y nos fuimos a comer. Aquí, una de cal y otra de arena: La comida buenísima, pero nos cobraron 22 euros por unas cervezas y no hubo nada que hacer para cambiarlo. Hay chorizos en todas partes.

De todas maneras, el pueblo es precioso. Nos sellaron unas monjitas adorables que nos explicaron todas sus actividades para el peregrino en su albergue de peregrinos, fuimos a darnos una vuelta por el río...Nos volvimos a dormir en el parque...Y vimos la plaza del generalísimo Franco! Pensaba yo que esos nombres habían desaparecido ya de todos los lugares de España, pero parece ser que no. Un dato bastante curioso. Después fuimos a misa a ver si nos bendecían de nuevo, con todas las abuelicas del pueblo.



































Después de la vuelta no teníamos ni ganas de cenar, con lo que nos fuimos derechitos a dormir, que ya sólo quedaba un día de camino. Menudas ganas!

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